Principio previo:

Un relato puede contener una verdad sin necesidad que todos los aspectos circunstanciales del relato sean «estrictamente» históricos

Para desarrollar, de manera breve, la explicación de este principio previo, me serviré de ciertas comparaciones que creo pueden ayudar en la comprensión de este complejo concepto.

a) Las Parábolas de Jesús

Y de entre ellas, para poder concretar el ejemplo, tomo una de ellas: El Padre y los dos hijos (el Hijo Pródigo)

No hace falta que ese relato sea «estrictamente» histórico para que contenga una verdad. Es, por tanto, una historia, que nos narra las relaciones de amor y perdón de un padre y dos hijos, que podrían ser (podríamos ser) cualquiera de las personas. Pero no hay duda que lo que de verdad se intenta narrar es la gran verdad del amor y perdón de Dios Padre a todos sus hijos.

Jesús toma un ejemplo de realidad bien cotidiana para mostrarnos una realidad, verdad, divina, es decir, nos anima a ver nuestra realidad con los ojos de Dios, con la mirada de Dios.

b) La Resurrección de Jesús

Que no seamos capaces de narrar «exactamente» como ocurrió la Resurrección, no quiere decir que el hecho no sea real y cierto. La realidad y veracidad de algo no depende de que yo sea capaz de entenderlo. A una hormiga no le es comprensible la totalidad de mi persona (aspectos físicos, psicológicos, espirituales…) y, sin embargo, soy real.

Que la Resurrección trascienda el hecho histórico no quiere decir que al ser un hecho trascendente deje de ser también histórico. Estamos ante dos planos diferentes: nuestro plano, que se mueve entre las coordenadas de espacio y tiempo, y el «plano» de Dios, que supera lo que podemos entender por plano ya que no tiene limitadas las coordenadas.

Esta explicación comparativa entre el Pecado Original y la Resurrección, en cuanto a su aspecto histórico, también se podría hacer tomando los Milagros o Signos de Jesús.O desde la aparente contradicción que supone ser libres (ej: el sí de María) y que Dios ya sepa lo que decidiremos.

c) Los primeros capítulos del Génesis (Gn 1-11)

No solo el relato del pecado original, sino la totalidad de los 11 primeros capítulos del Génesis, nos relatan unas verdades desde narraciones catequéticas e, incluso a veces, alegóricas.

Se explican unos conceptos verdaderos desde las limitaciones vehiculares propias de los que escriben y los oyentes-lectores de una época más filosófica que científica (justo lo contrario que en la actualidad).

Dos grandes limitaciones: 1. Se escribe muchísimos años después; y 2. Aquellas personas tenían un nivel científico mayoritariamente inferior a un niño de, por ejemplo, 10 años.

A modo de resumen:

– Ninguno de los relatos que he citado busca tener un carácter científico. Las verdades se pueden transmitir también desde conceptos filosóficos, literarios, etc…

– Si fuésemos capaces de entender «minuciosamente» todo… seríamos Dios. Nuestras limitaciones de seres humanos tan solo nos permiten aproximaciones, a modo de «regalo» por ser hijos.

Conclusión:

Podemos aceptar como cierto, como verdad, el Pecado Original, y a la vez también aceptar que su carácter real no tiene que suponer la estricta historicidad de su relato.

Lo importante no es si Adán y Eva son una pareja (monogenismo) o varias (poligenismo) ni es importante si la rebeldía hacia el plan de Dios se concreta en un árbol y su fruto o ello es solo una alegoría catequética. Lo importante es que el Pecado Original explica el origen del pecado, la tendencia que tenemos a pecar y, sobre todo, explica a modo de causa la realidad de la Gracia y la Redención.

Quique Fernández

 

Escuela de Animación Bíblica

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