María Magdalena es una discípula femenina de Jesús, que incluso pudo ser una de las que lideraban un amplio grupo de mujeres que “seguían y servían” a Jesús, y que por varios posibles motivos fue reducida, manipulada y deformada a una prostituta, eso sí, “muy arrepentida”.

La confusión se origina porque en el capítulo 7 del Evangelio de Lucas se habla de la mujer pecadora que había ungido de perfume a Jesús en un banquete en casa de un fariseo. Se dan las dos siguientes coincidencias:

1. Que a este capítulo 7  le sucede la narración que Lucas nos hace, en el capítulo 8, de las mujeres que seguían a Jesús, destacando a María Magdalena.

2. Que María de Betania también había ungido a Jesús, según narra el Evangelio de Juan en su capítulo 12.

De todo ello se desprende que en una primera fase María Magdalena se convirtió en la pecadora de la narración de Lucas, y en una segunda fase, se le confunde con María de Betania.

Otras mujeres que en algún momento se han confundido con la María Magdalena son la Samaritana y la Adúltera. El caso de la Adúltera es de cobrada actualidad por la famosa película de Mel Gibson, La Pasión. Mel Gibson ignora, no sé si por ignorancia querida o no, todo el conocimiento de nuestra época y utiliza a la Magdalena como Adúltera, o a la Adúltera como Magdalena. Teniendo en cuenta a los millones de personas a los que llega la película, Gibson nos asegura otros tantos siglos de confusión.

 Realmente, la confusión nace hacia el siglo III,  pero fue Gregorio Magno (540-604), Papa que dio nombre a la música gregoriana, el que para acabar de “arreglarlo” declaró que María Magdalena, María de Betania y la pecadora de la narración de Lucas eran la misma persona. Fue, exactamente, en su homilía sobre el Evangelio de Lucas, entregada a la basílica de San Clemente en Roma, el día 14 de septiembre del año 591. Decía así:

«Pensamos que aquella a la que Lucas denomina la pecadora y que Juan llama María designa a aquella María de la que, según Marcos, fueron expulsados siete demonios». 

¿Qué le llevó a tal interpretación?  Lo que sí podemos apuntar es que desde ese momento se eclipsaba la verdadera figura de María Magdalena como seguidora femenina, discípula e incluso dirigente.

 

Quique Fernández

Escuela de Animación Bíblica

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