Con este, iniciamos una serie de artículos sobre los once primeros capítulos del Libro del Génesis.

Todavía hoy sigue la controversia a partir de la lectura de los dos primeros capítulos del libro del Génesis. Se podría pensar que el encontronazo entre creacionistas y evolucionistas es cosa del pasado. Y seguramente eso sería lo lógico, dado que tanto los descubrimientos de la paleontología, por un lado, como los avances en ciencias bíblicas, por otro, nos llevarían a considerar más que superado el enfrentamiento.

Vamos a fijarnos en el primer capítulo del libro del Génesis, en el qué nos dice y en el qué nos quiere decir.

v.1 En el principio creó Dios

El autor nos deja claro desde el inicio que desea que fijemos nuestra atención en que Dios, el único Dios, y sólo Dios, es el creador.

A priori, parecería que el primer gol es para los creacionistas*.

*Entendemos por creacionistas aquellos que tomando literalmente la lectura de Génesis 1, no aceptan ningún tipo de explicación evolutiva, de manera que juzgan como completamente falso lo que la ciencia paleontológica presenta como hallazgos que iluminan la teoría evolucionista.

v.3 Y dijo Dios: sea la luz

Este versículo inicia una serie de varios que presentan el elemento que Dios introduce en la creación, lo presenta como bueno, que complace a Dios, y nos enuncia el número de día.

Así pues, se van sucediendo, en este orden, la luz (v.3), agua (v.6), Tierra y Mares (v.9), hierba verde y árbol de fruto (v.11), sol y estrellas (v.14), peces y aves (v.20), seres vivos terrestres (v. 24) y los humanos (v.26).

Y tras esta sucesión uno se pregunta: ¿acaso no nos está mostrando el relato, con tal enumeración, un proceso evolutivo?

Tan evidente resulta en este relato que Dios es el creador, por mucho que haya evolucionistas que lo puedan negar, como evidente es que Dios crea desde una dinámica evolutiva, aunque ello les pese a los creacionistas.

Unos y otros se llevan al engaño y, a base de hacer ruido, pretenden engañarnos a nosotros, cuando pretenden que es incompatible la creación de Dios con la evolución de las especies.

Bien, nuestro estilo no es el de hacer ruido, pero sí hay que decir bien alto que, para la inmensa mayoría de biblistas, teólogos, catequistas y cristianos en general, esta conciliación entre la creación y la evolución no nos causa ningún problema.

27 Varón y hembra los creó

Y un pequeño detalle final. Hay dos razones por las que siempre me ha gustado más este primer relato de la creación (Génesis 1) respecto del segundo (Génesis 2). La primera es esta muestra de la dinámica evolutiva de la creación. La segunda se refiere a este versículo 27, en el que a diferencia del segundo relato, aquí no se crea antes al hombre que a la mujer, sino que no hace tal diferencia y, por tanto, aparece su creación simultáneamente. A mí, personalmente, me parece que respeta mucho más la igual dignidad de la mujer.

Quique Fernández

Escuela de Animación Bíblica

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