La atracción que sentimos unos por otros ¿a qué nos está llamando?
El deseo siempre se genera previamente por un bien que nos atrae. Esa atracción es lo que realmente nos impacta y es en ese movimiento que podemos intuir, ver, desear, actuar…
Para poder conseguir ese bien que ha generado mi deseo, tengo que actuar y actuar no es neutro.
Lo que yo hago con mi afectividad y mi sexualidad dando respuesta a ese deseo no me deja indiferente. Esa acción me está construyendo como persona, por eso lo que importa son las acciones, porque la respuesta de mi comportamiento ante un deseo no es neutra.
Si ante un deseo el comportamiento es egoísta, al final de tanto practicar el egoísmo la persona se convierte en una persona egoísta.
Pero si ante un deseo el comportamiento es bondadoso, después de tanto actuar con bondad y hacer buenas acciones la persona se convierte en una buena persona.
La afectación es neutral y las emociones son neutras, pero no las acciones. Es la respuesta que se da la que condiciona lo que viene después. Por eso primero hay que decidir qué es lo que se quiere. Según hacia donde apunte el deseo y las acciones se conseguirá una cosa u otra.
Si quieres conocer más sobre los niveles de atracción (corporal, psicoafectivo, personal y trascendental) y hacia donde apuntar tus acciones/respuestas ante tus deseos, no te pierdas el próximo podcast “TOB TALK: ¿Atrapados en el deseo?”
ÁLEX VISUS
1er CONGRESO TEOLOGÍA DEL CUERPO (Ir al Podcasts)
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